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Símbolo de ternura y tranquilidad, el cordero es uno de los animales más representativos de la vida rural. Durante la primavera recorre los prados cerca de su madre, explorando su entorno con curiosidad. Su pelaje claro y suave, junto con su expresión inocente, evocan escenas de calma y naturaleza.

La figura de Papo reproduce con fidelidad a este joven animal, con un pelaje texturizado, postura natural y mirada expresiva. Combinada con la oveja Papo, permite crear escenas campestres realistas y resulta ideal para colecciones, juegos o para enseñar a los niños sobre la vida en la granja.